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Por fin...

Habían pasado dos días desde que acordaron buscar un bebé, Jungkook estuvo despierto desde muy temprano; una vez que la idea estuvo en su mente, Jungkook no pudo dejar de pensar en un precioso bebé ojiazul con rizos, o tal vez ojos verdes y cabellito de casco, o tal vez uno que tuviera rasgos propios pero sus personalidades combinadas; tal vez el celo próximo tenía mucho que ver con su actitud pero no iba a desmeritarse, él anhela tener un hijo con su omega.

Se dio un baño y preparó el desayuno para su persona favorita como casi todas las mañanas, alistó la mesa y cuando estaba por servir los panqueques en un plato, la preciosa imagen de su chico caminando por el pasillo lo distrajo. Tenía puesta una de sus camisas con solo uno o dos botones abrochados; lucía grande en él, por supuesto, pero su piel estaba expuesta deliciosamente ante él; tenía los calcetines arrugados en los tobillos y solo un bóxer cubriendo sus piernas. Nunca va a dejar de sentirse tan enfermo por desear poseer a ese ser angelical; pero el celo cerca hace que su cuerpo se caliente con tan solo verlo, sea cual sea su vestimenta, su cuerpo se llena de algo instintivo y sabe que no puede luchar contra eso.

—Buenos días, bebé —dejó el panque en el plato y se acercó al chico que tallaba uno de sus ojos con el puño de la camisa. Deslizó sus manos por la cintura del ojiazul que soltó una risita al sentirlo tan cerca.

—Buenos días, lobito —correspondió a las caricias que el otro le daba, alzando sus brazos y atrayéndolo por el cuello solo para que sus rostros estuvieran cerca.

—Quiero besarte —Jungkook sonrió en grande y Jimin tiró la cabeza hacia atrás con una risa.

—¿Nunca esperarás a que me cepille los dientes?

—He hecho cosas más sucias contigo, mi amor —Jimin recompuso su mirada de inmediato y sus ojos se abrieron enormemente, acusadores; Jungkook se soltó a reír y lo apretó más contra su cuerpo.

—No sé qué tan bien me cae este Jungkook tan descarado —golpeó su hombro juguetonamente y acunó sus mejillas para apretarlas en reproche.

—Lo suficiente para casarte conmigo —se inclinó hacia delante y entonces obtuvo lo que quería; Jimin picoteó sus labios repetidas veces sin intensificar ninguno de sus besos.

—Solo acepté porque eres demasiado lindo también, eso equilibra las cosas —rodó los ojos falsamente y sonrió cuando Jungkook lo besó de nuevo.

—Muchas gracias, angelito.

—De nada —respondió arrogante y caminó hacia la mesa cuando su prometido lo liberó. Tomó asiento pero su labio inferior salió con tristeza y miró a su alfa con ojos avergonzados—. Hiciste el desayuno.

—No pensé que cocinara tan mal —bromeó por la cara angustiada del menor.

—Hoy tenemos cita con el doctor Moon, lobito —los ojos verdes parecieron iluminarse ante el recuerdo—, no puedo comer hasta que me haga la ecografía.

A Jungkook no podría importarle menos el haber trabajado por nada; hoy tienen "esa" reunión con el doctor Moon. El día anterior habían agendado una cita con el beta; les pidió un examen de sangre que ya estaba en proceso y le pidió al omega ir en ayunas para hacerle una ecografía y ver su situación interna. Hoy van a decirles si es posible que se embarace pronto; la emoción le carcome las entrañas.

—Guardaré todo y lo comerás de regreso —dijo simple y sonriente.

—¿No se arruinará? —cuestionó aún avergonzado.

—Los panques tal vez, pero creo que hay alguien a quien le gustarán —casi como si supiera que estaban hablando de ella, una ya no tan pequeña perra bajó las escaleras corriendo; Tiza estaba demasiado grande ahora, uno de sus ojos seguía siendo azul y el otro se tornó café claro con toques de verde que la hacen lucir bastante peculiar. Su costado y patas se mancharon por completo de gris con pequeñas manchas negras y el resto de ella es blanca. La perra entró corriendo y se paró en dos patas recargándose en Jungkook para sostenerse.

—Debí suponerlo —Jimin sonrió cuando Jungkook le entregó un trozo de panque a su mascota; el omega acarició el costado de la perra que dejó todo de lado para centrarse en él y tratar de subirse a su regazo—. Ya no puedes hacer eso a menos que esté en el sofá, lindura —rió al verla intentar en vano; la superficie de sus piernas era pequeña en comparación con el animal. El alfa caminó hacia la puerta y la abrió para salir al jardín trasero.

—Tiza —llamó y silbó para atraer la atención de la nombrada y que fuera tras él, pero la perra lo ignoró—. Te comprendo amiga, yo también quiero estar con él todo el tiempo, pero tienes que tomar un poco de aire fresco —la cachorra siguió ignorándolo hasta que Jimin se puso de pie y caminó hacia el ojiverde; obviamente lo siguió.

Tiza es una más de las admiradoras de Jimin; todo el tiempo está siguiéndolo a donde vaya, incluso al baño algunas veces. Al principio Jungkook sentía que no le agradaba a la perrita, pero luego se dio cuenta que Tiza se apegó a su omega debido a la tristeza que este sentía cuando él no estaba o estaba en el hospital, no va a sentirse mal por tener una cachorra tan protectora; además, la comprende, Jimin es sencillamente precioso, cualquiera querría seguirlo a todos lados si tuviera la oportunidad, incluso él lo hace algunas veces y no va a negarlo.

—Creo que el jardín no es lo suficientemente atractivo para ella —se burló y se abrazó al mayor por el costado.

—Solo quiere estar contigo —se encogió de hombros—, no es nuevo.

—Tal vez se divierta más cuando haya uno o dos niños corriendo aquí afuera con ella —alzó las cejas sugestivamente y el rizado sonrió tan radiante; se apegó por completo a él y lo estrechó con ambos brazos.

No puede esperar ese momento, no puede esperar a tener una parte de él y su omega en una pequeña personita que rondará la casa todos los días. Si le preguntaran sus planes a futuro al Jungkook de hace un año, nunca habría dicho que quisiera un hijo y ahora está ahí, deseando ansioso una oportunidad para hacer crecer a su pequeña familia.

No puede esperar a ser padre.

✧✦✧

—Primero vamos a hacerte un ultrasonido y después revisaré tus estudios de sangre —el doctor Moon estaba sentado frente a ellos dos en su consultorio—, sube a la camilla, quítate la camiseta y...

—¿Qué? —Jungkook frunció el ceño y se puso de pie para cubrir a Jimin del médico—. No —Moon soltó una risa nerviosa al verlo tan impulsivo.

—Olvidé que estás cerca de tu celo —se disculpó y siguió refiriéndose a Jimin—. Solo descúbrete el abdomen entonces —Jimin aguantó una risa al ver que el alfa puro no dejó de ver severamente al especialista, asustándolo. Hizo lo pedido y comenzó a descubrirse. Jungkook actuó en automático, se paró al lado de él, pegado a la camilla y tomó su mano aguantándose las ganas de bajar la camiseta, renuente a que un tipo cualquiera pudiera apreciar su piel, incendiándose internamente al pensar en que ese médico pudiera lastimarlo—. Veo que tu cicatriz ha mejorado bastante.

—Si, ya no es tan rojiza y ha reducido unos cuantos centímetros de tamaño —la cicatriz de su cirugía de apéndice quedo ahí como un fiel recordatorio del mal momento, sigue siendo muy grande y aunque ya no duele, Jungkook sigue acariciándolo con cuidado como aquellos días donde trataba de aliviarlo.

—Me alegra mucho —vació un poco de gel en el estómago del chico y comenzó a ver las imágenes que se proyectaban en una pantalla a su costado—. A primera vista todo parece bastante bien.

—No está embarazado aún... ¿o sí? —el rizado parecía querer escuchar un si así que el médico respondió con una apenada sonrisa.

—No, es demasiado pronto —movió el aparato otras tantas veces y señaló la pantalla—, el tejido parece bastante sano y no hay algún indicio de algo que pueda darles problemas en el futuro —Jimin solo asentía y sonreía mientras su alfa tintineaba con los dedos en la piel de su brazo—. Puedes limpiarte y cubrirte ya, Jimin —le tendió unas servilletas al omega, sin embargo no fue él quien las tomó, Jeon no permitió que se limpiara solo, se las quitó y comenzó a limpiarlo cuidadosamente, para luego ayudarle a sentarse y acomodarle la playera.

—Gracias, alfa —le dice con gracia cuando lo ayudó a bajarse de la camilla.

—De nada, mi amor —besó el dorso de su mano y se sentaron de nuevo frente al beta que leía en su computadora.

—Aquí también parece ir todo bien —afirmó—, quiero que termines las pastillas que tienes actualmente, no las suspendas aún.

—¿Solo las que me quedan? —cuestiona y trata de hacer memoria de cuantos días más tendrá que ingerirlas.

—Si... —confirma el médico y sigue hablando—, cómo has estado tomando anticonceptivos desde tu primer celo sería algo complicado que los dejes tan repentinamente, sería algo similar a los supresores de Jungkook, será tardado sacarlos de tu sistema.

—Pero él no estará en riesgo, ¿o sí? —si su omega tiene posibilidades de sufrir en ese proceso será mejor que no lo hagan, no va a poner en riesgo al amor de su vida.

—Oh, no... por eso seremos cuidadosos —aseguró el médico—. Una vez que termines tus pastillas actuales, tomarás estas... —señala una receta con el nombre de un medicamento—, también son anticonceptivos, pero no lo suficientemente fuertes, así no va a ver un cambio tan significativo en tus niveles hormonales.

—Entiendo —Jimin asintió y tomó el papel.

—Después de que termines esas, iremos con estas —escribió de nuevo y se lo entregó a Jungkook—, son aún menos fuertes y con eso finalizaríamos el tratamiento anticonceptivo —la sonrisa de Jungkook hizo que el médico siguiera hablando—. Tardará algunos 3 meses cuando mucho, si después de ese periodo hay un tiempo considerable sin quedar en estado tendríamos que hacer más estudios, pero no lo veo necesario.

La mano de Jungkook buscó de inmediato la de Jimin, que ya estaba esperándolo; ambos igual de emocionados.

—Gracias, doctor —Jimin se puso de pie y miró a su prometido imitarlo.

—Gracias a ustedes por confiar en mi trabajo, no siempre tengo la dicha de atender a mis pacientes durante tanto tiempo, y ahora hasta voy a verlos formar una familia.

Jimin no se contuvo y abrazó al hombre; el beta los ha visto crecer por separado, los vio juntarse y ahora los acompañará en el proceso del embarazo; a ellos también los pone un poco nostálgicos.

—Nos vemos pronto, doctor —dijo Jungkook estrechando su mano, a sabiendas de que tendrá que regresar pronto para sus chequeos mensuales. El beta agitó su mano y se quedó dentro del consultorio.

Tan pronto como la pareja estuvo fuera, ambos se miraron felices y caminaron tomados de la mano hacia la salida del hospital; contentos y seguros de que si todo sale bien, en aproximadamente un año tendrán un precioso bebe en sus brazos.

Va a suceder, por fin van a ser padres...

✧✦✧

Jimin estaba nervioso, jugaba con sus dedos y no sabía qué hacer con sus pies. Estaba parado en una larga fila de chicos y chicas, todos lucían pulcramente sus uniformes blancos, solo contrastaba el color negro de sus togas y los birretes que portaban sobre su vestimenta; uno a uno sus compañeros pasaban cuando la voz de la directora los nombraba; subían al escenario y tomaban los documentos que los acreditaban como lo que ahora son.

Enfermeros.

Muchos nombres habían sido nombrados ya, pero aún faltaban otros tantos para llegar a él; por primera vez el orden alfabético estaba jugando a su favor, cada segundo que se tardaran en llamarlo, él lo usaría en concentrarse para no tropezarse con sus propios pies al caminar.

Siente que todo se mueve a su alrededor cuando por fin sucede.

—Park Jimin —la voz de la directora lo llamó por el micrófono y sus piernas por fin reaccionaron. Subió apresurado al escenario y estrechó la mano de la mujer para posar en la fotografía que les tomaban—. Felicidades, enfermero.

Por fin salió de ese infierno; hace unos cuantos meses estuvo a punto de rendirse, a punto de tirar la toalla a causa de sus abusadores, casi se rinde, no iba a concluir uno de sus más grandes sueños, pero no sucedió. Ahora puede irse de esa escuela, puede irse de ese lugar que tanto odia pero a la vez ama por enseñarle a hacer lo que más ama; ser enfermero y ayudar a otros.

Caminó sonriente, estrechando las manos de los profesores que tantas veces ignoraron su sufrimiento; feliz porque ya no dependía de esas personas, feliz porque había logrado su sueño. Miró al público y vio a un grupo de personas que resaltaba por ser demasiado escandaloso; sus amigos y hermana gritaban y silbaban hacia él, sus padres y suegros le aplaudían y vitoreaban su nombre y al lado de ellos quien más resaltaba ante su mirada; Jungkook le lanzaba besos y sonreía orgulloso, el lazo prácticamente le gritaba que el alfa estaba feliz por el.

Por fin se graduó.

Caminó hacia su asiento y luego de un rato más de nombres, por fin dieron por terminado el evento y todos pudieron lanzar sus birretes como en esos clichés de graduaciones. Cuando la gente se disipó sus amigos fueron los primeros en abordarlo.

—¡Minnie, estamos tan orgullosos de ti! —Taehyung lo abrazó y Hoseok los cubrió a ambos, cariñoso—. Felicidades —el alfa pelinegro lo besó varias veces en la mejilla mientras Zico estaba parado a un lado de ellos, arrullando a Minyoon con dulzura.

—Muchas felicidades, enfermero —Hoseok fue quien habló esta vez y sonrió ante el rostro feliz del festejado.

—Los amo, gracias por venir —se dejó abrazar de nuevo por la pareja pero pronto fue sacado de ahí con ligera fuerza.

—¡Mi Minnie se graduó! —Yoongi tiró de él para estrecharlo—. Estoy tan feliz por ti, niño —el enfermero se carcajeó por la efusividad de su amigo.

—Gracias por venir, Yoon —correspondió al abrazo apretado y manoteó con el beta cuando trató de despeinarlo—. ¿Y mis padres?

—Vienen atrás, con Kook y sus padres —Zico fue quien habló esta vez, acercándose al omega para abrazarlo cuidadoso de no aplastar a Minyoon que dormía plácidamente sin importar el ruido que hacía su familia—. Felicidades, jefe.

—Gracias, Zizi.

—Ahora que es oficial, voy a pedir que te trasladen a urgencias —Hoseok abrazó al chico por los hombros y continuó—. Merecemos al mejor omega del hospital —Jimin terminó sus prácticas con un desempeño ejemplar en su área, por eso mismo, le ofrecieron un trabajo definitivo en el hospital; aceptó feliz, sus planes de embarazo aún están algo lejanos y cuando ocurra intentará acomodar sus horarios.

—Ya tenemos el equipo de urgencias completo en la familia —Taehyung aportó sonriente.

—Un neurólogo, un cardiólogo, un traumatólogo y ahora un enfermero —Min se unió al abrazo tomando a Jimin por la cintura y pegándose a él—. Tenemos todo lo necesario para salvar vidas, bebé.

—No vuelvas a llamarlo así —una figura sigilosa apareció tras él, cómo una sombra tenebrosa acompañada de la voz furiosa de Jungkook, que hizo que el traumatólogo se asustara tanto que soltó a Park, prácticamente lo empujó lejos de él, por fortuna cayó en los brazos de Hyunbin.

—Si te rompes algo él tendrá que repararlo, cachorro —bromeó y su hijo soltó una risilla para después refugiarse en su abrazo—. Felicidades, hijo.

—Gracias, papá —apretó más el abrazo. Sin su padre no habría llegado hasta donde lo ha hecho, su padre es su motor y lo ama tanto por apoyarlo incondicionalmente en cada una de su meta. En su campo de visión apareció otra de las personas más importantes—. Mamá.

—Mi amor —la mujer lo recibió feliz entre sus brazos—, estaría orgullosa de ti aunque no te hubieras graduado, pero por fortuna de todos lo hiciste, eres el mejor enfermero del mundo y yo soy la más feliz por poder decir que soy tu mamá.

—Te amo, muchas gracias —le gustan tanto los abrazos de su madre pero lo que vio no lo dejó seguir ahí; Shinhye estaba caminando hacia él, da pasos lentos y algo inseguros pero está ahí, de pie.

La ha visto hacerlo antes en sus terapias, se levanta y mueve su pie mucho mejor, ha tenido mucha mejoría pero nunca había dado más de 5 pasos seguidos y ahora está así, caminando en su dirección, dándole una enorme sonrisa que toma como el mejor regalo de graduación que alguien podría darle; su primer paciente, su motivación para ser lo que es hoy en día está ahí, caminando y esforzándose por recuperarse al cien por ciento.

—Gracias, Jim —la niña miró su pierna y luego a su hermano otra vez—, gracias por ser el mejor enfermero que podría tener.

—¡Oh, Hye! —la abrazó con fuerza y la elevó en un brazo apretado que la hizo reír—. Gracias a ti por no rendirte, por dejarme cuidarte y ayudarme a darme cuenta que amo hacer esto —la puso con cuidado en el piso y besó su coronilla—, te amo.

—Y yo a ti, Jim.

—Te dije que lo sorprenderías —Yoongi se paró detrás de la niña y la agitó por los hombros haciéndola reír. Jimin mientras tanto se limpiaba las lágrimas que bajaron por sus mejillas sin darse cuenta, recibió los abrazos y felicitaciones de sus suegros que comenzaron a bromear con sus padres casi de inmediato, dando paso a la última felicitación, por fin obtuvo el abrazo que tanto estuvo esperando; su alfa.

Jungkook lo rodeó cuidadoso por la cintura y lo apegó a su cuerpo, el omega correspondió de inmediato y se dejó hacer; el alfa besó su coronilla y lo apretó en un abrazo firme. Los demás comenzaron a conversar entre ellos; a la pareja no podría importarle menos cuando están tan cerca, cuando se tienen uno al otro.

—Felicidades, mi ángel —el ojiazul salió del abrazo solo para que pudieran besarse castamente un par de veces—. No hace falta que te diga lo orgulloso que estoy de ti, no hace falta que te diga que eres mi enfermero favorito porque eso es más que obvio.

—Te amo.

—No más de lo que te amo yo a ti, bebé —el omega permaneció escondido en su pecho así que él aprovechó para inclinarse y susurrarle en el oído—. Tal vez más tarde podamos festejar tú y yo a solas.

—¡Que bobo eres! —lo golpeó juguetonamente y volvió a sus brazos.

—Puedo intentar hacerte un bebé como regalo —el más bajo soltó una carcajada y se sonrojó al oírlo. El celo de Jungkook fue hace unos días, pero el alfa sigue un tanto apegado a él, y aunque no fuera así, solo quiere hacerlo sonrojar; lo logra la mayoría de las veces.

—Déjame en paz, lobito —Jungkook ha cambiado tanto pero tan poco a la vez, sigue siendo ese alfa cariñoso y mimoso pero sus comentarios picantes hacen que Jimin se torne tan tímido todo el tiempo. Ambos han cambiado bastante desde que se conocieron y de una buena forma, su relación ha mejorado incluso aunque parecía que era perfecta, sus vidas son mejores desde que se conocen. Tal vez la terapia que toman una vez a la semana les ha servido; ambos han trabajado en conjunto para mejorar y está funcionando.

Por fin son tan felices...

—Dejen de ignorarnos y caminen par de terrones de azúcar —Zico les tronó los dedos con falso fastidio—. Se nos hace tarde para la reservación —había agendado una comida en el restaurante favorito del nuevo enfermero, todos lo regañaron por no elegir otra cosa como celebración, pero él se conforma con tener una comida alegre con sus personas favoritas; no hay nada más que quisiera, su hermana ha mejorado, su familia es feliz, sus amigos tienen un bebé hermoso y sano, su alfa es el mejor del mundo y en menos de dos semanas es su boda.

Tiene todo lo que alguna vez soñó.

✧✦✧

—Ya te dije que no lo haré, Yoongi —dijo severo. El tiempo se fue volando, pasaron dos semanas en un abrir y cerrar de ojos, están todos reunidos en su sala de estar en una especie de última junta directiva antes del gran día.

La boda es mañana.

Están asegurándose de que todo esté listo para que no haya inconvenientes y por supuesto, están preparándose para la despedida de solteros.

—Tienes que hacerlo —el beta insistió viéndose en el espejo de la sala.

—No —dijo tajante Jeon y estiró las piernas para que el jean se amoldara a su cuerpo—. Yo tampoco voy a dormir en otro lugar que no sea con Jim —abrazó al chico y este sonrió—, no hay necesidad de que duerma en casa de sus padres.

—No estoy pidiéndoles que sean infieles, solo que duerman separados para que mañana tengan un poco de sorpresa en sus rostros.

—Si, Jim —Taehyung apoyó la idea de Min—. Además, no será demasiado tiempo, hoy estaremos hasta tarde en la calle todos juntos y el resto del tiempo estarás dormido, no vas a extrañarlo tanto.

—Si jefe, no van a morirse por pasar una noche separados —Zico palmeó la espalda de Jeon que le gruñó sin seriedad—, hay que seguir las tradiciones.

—Son conscientes de que Jungkook literalmente cayó en coma por extrañar a Jimin, ¿no? —Hoseok se burló de todos y Jimin lo señaló con obviedad; por fin alguien veía su punto.

—¡Que no sea dramático! Será solo un día —el chofer agitó la mano restándole importancia—. ¿Qué podría salir mal?

—Siempre dicen eso en las películas y algo les desgracia la vida a los protagonistas —Yoongi se tocó el pecho con sorpresa—. Tienen razón, hagan lo que quieran de todos modos no van a hacer nada que no hayan hecho antes.

—¡Yoongi! —todos dijeron al unísono; Jimin se sonrojó, Jungkook lo miró sosteniendo una risa igual que Zico, mientras Taehyung y Hoseok se tapaban los oídos asqueados.

Definitivamente la noche iba a ser muy divertida e inolvidable, pero nada más inolvidable que el día siguiente; su gran día.

Por fin... se van a casar.

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